Una vez pasado el FIN DE SEMANA con mayúsculas para nuestra chirigota en general y para el que suscribe en particular, me gustaría dejar un pequeño balance de lo que ha sido este fin de fiestas de “Los Chochis” . Todo lo que ponga aquí, quiero dejarlo claro, es una opinión puramente personal que para nada tiene por qué coincidir con las impresiones generales de la chirigota.
Para el que lea esta líneas y sea profano de nuestra chirigota, decirle que este año empezó siendo un año difícil, de dudas, de replanteamientos, de un no saber si querer seguir o de un querer seguir pero no saber cómo. Lo digo ahora, el fallo del jurado del año pasado fue muy duro con mi chirigota, no por no haber ganado (no le quitamos méritos a la BBC, faltaba más) sino por las valoraciones que hicieron de nuestra chirigota ciertos integrantes del jurado que se ensañaron con mi grupo. Cierto es que luego la calle supo recompensar el esfuerzo y la rabia nos duró menos, pero uno tiene su corazoncito y revienta de impotencia cuando ve el daño que se puede hacer con un simple boli bic y un estadillo de puntuación.
En fin, lo dicho, cierto es que le perdimos un poco la fe al concurso y pensamos en buscar otras fórmulas para satisfacer nuestras necesidades carnavaleras sin entrar en las exigencias que entendemos que requiere el presentarse a un concurso al que, por otro lado, le tenemos un respeto enorme. ¿Hacemos solo chirigota para bares? ¿Montamos un repertorio para cantarlo sin concursar? ¿Nos tomamos un año sabático? ¿…?
Dicho y hecho, después de unos meses de barbecho decidimos empezar el proyecto de “Los Chochis” de una reunión en casa de Piocha. Lo teníamos claro, había que hacer una chirigota de concurso pero levantando un poco el pie en cantidad de letras, número de ensayos, complejidad de disfraz y elaboración de escenario. Si algo teníamos claro era que había que sopreponerse de las situaciones personales y familiares de cada uno porque cuando llegara el mes de enero el mono del carnaval llamaría a nuestra puerta y entonces nos acordaríamos de lo que pudimos hacer y no hicimos.
Reconozco que este año los letristas teníamos un plus de presión un poquito mayor al resto ¿cómo íbamos a hacer un repertorio a 300 km uno de otro teniendo el que escribe dos criaturas necesitadas de padre y teniendo Fran una criatura de 3 añitos y una mujer que iba a dar a luz en septiembre? Los tres meses de máxima producción de repertorio coincidirían con los tres primeros meses de vida de Lucía. Por cierto, qué nombre más apropiado para iluminarnos en este año.
Pues poquito a poco, fue saliendo el repertorio: pasodoble de medida (14 votos), pasodoble a Huelma, cuplés, popurrí,… Y, en paralelo, la máquina de Manolo Gato empezó a funcionar ideando al milímetro (como no podía ser de otra manera) cada detalle del Pub Kitty. Todo empezaba a encajar, el repertorio se recibía con ilusión y entusiasmo, el escenario iba rodando y ya empezábamos a ver los disfraces. Cada ensayo se aprovechaba como si fuera el último y la ligá de después se aprovechaba también como si fuera el último día que iban a poner cerveza en los bares. El clima de la chirigota, muy en contra de lo que pensé en un principio, ha sido el mejor de los últimos años. Las sensaciones “raras” que todos teníamos al principio se habían tornado en el mejor ambiente que recuerdo desde que estoy cantando en carnavales.
Si todo iba sobre ruedas, en diciembre se incorporan a nuestra chirigota dos chirigoteros que con su ilusión, implicación y buen hacer nos devuelven la “chispa” que puede ser que los años nos haya quitado. Miel sobre hojuelas. Antonio Bayona y Forri, sin duda, han sido un revulsivo para el grupo y estoy seguro que ellos tienen gran parte de culpa de las sensaciones vividas este año.
Centrándome en el concurso decir que, probablemente, por mi parte jamás haya tenido las sensaciones que he tenido este año cantando en el escenario. La reacción de público fue sin duda lo más reconfortante de la noche y el momento de aplausos en mitad del pasodoble de “14 votos”, uno de los momentos que jamás podré olvidar.
El jurado más que bueno o malo fue numeroso. 17 personas valorando a tres grupos me parece excesivo. El resultado de su puntuación, el esperado. Los Payos este año iban fuertes, se nota que se han puesto las pilas y han ensayado como nunca. Eso de que montan la chirigota en menos de un mes es tan leyenda urbana como que nosotros siempre ganamos. Enhorabuena por ellos y dicho sea de paso ya sea hecho justicia con un grupo que a mi parecer fue duramente maltratado en el concurso del 2011. Con respecto a la BBC, sólo decir que admiro su esfuerzo por montar un grupo que me consta que estaba algo disperso y presentar un más que digno repertorio ante un pueblo que siempre ha demostrado que disfruta con ellos.
El ambiente de después, el de los bares, ese si merece un punto y aparte. Este año había más gente que nunca y con ganas de oírnos. El Enroque, El Snoopy, la puerta del Trebol,… En cada sitio el ambiente se iba superando y “Los Chochis” se iban creciendo (proporcionalmente al número de copas claro). Las “guerrillas” de coplas con los “aceituneros” , chapó.
Llega la Rellená y ya sin medias ni pelucas pudimos disfrutar de un domingo que tuvo como guinda el premio a la letra a Huelma junto con nuestra actuación, más cercana, ante un público que sentimos disfrutar a la par con nosotros. Sin duda un cierre de oro para un año inolvidable.
Prueba del éxito de chirigota de este año es que llegado el día de la fecha la maquinaria ya está funcionando para el carnaval 2013. Este año no hay dudas ni replanteamientos, “Los Verdes” seguirán dando guerra mientras que haya gente que nos demuestre que lo que hacemos le gusta. No hay otro fin.
Saludos.
Para el que lea esta líneas y sea profano de nuestra chirigota, decirle que este año empezó siendo un año difícil, de dudas, de replanteamientos, de un no saber si querer seguir o de un querer seguir pero no saber cómo. Lo digo ahora, el fallo del jurado del año pasado fue muy duro con mi chirigota, no por no haber ganado (no le quitamos méritos a la BBC, faltaba más) sino por las valoraciones que hicieron de nuestra chirigota ciertos integrantes del jurado que se ensañaron con mi grupo. Cierto es que luego la calle supo recompensar el esfuerzo y la rabia nos duró menos, pero uno tiene su corazoncito y revienta de impotencia cuando ve el daño que se puede hacer con un simple boli bic y un estadillo de puntuación.
En fin, lo dicho, cierto es que le perdimos un poco la fe al concurso y pensamos en buscar otras fórmulas para satisfacer nuestras necesidades carnavaleras sin entrar en las exigencias que entendemos que requiere el presentarse a un concurso al que, por otro lado, le tenemos un respeto enorme. ¿Hacemos solo chirigota para bares? ¿Montamos un repertorio para cantarlo sin concursar? ¿Nos tomamos un año sabático? ¿…?
Dicho y hecho, después de unos meses de barbecho decidimos empezar el proyecto de “Los Chochis” de una reunión en casa de Piocha. Lo teníamos claro, había que hacer una chirigota de concurso pero levantando un poco el pie en cantidad de letras, número de ensayos, complejidad de disfraz y elaboración de escenario. Si algo teníamos claro era que había que sopreponerse de las situaciones personales y familiares de cada uno porque cuando llegara el mes de enero el mono del carnaval llamaría a nuestra puerta y entonces nos acordaríamos de lo que pudimos hacer y no hicimos.
Reconozco que este año los letristas teníamos un plus de presión un poquito mayor al resto ¿cómo íbamos a hacer un repertorio a 300 km uno de otro teniendo el que escribe dos criaturas necesitadas de padre y teniendo Fran una criatura de 3 añitos y una mujer que iba a dar a luz en septiembre? Los tres meses de máxima producción de repertorio coincidirían con los tres primeros meses de vida de Lucía. Por cierto, qué nombre más apropiado para iluminarnos en este año.
Pues poquito a poco, fue saliendo el repertorio: pasodoble de medida (14 votos), pasodoble a Huelma, cuplés, popurrí,… Y, en paralelo, la máquina de Manolo Gato empezó a funcionar ideando al milímetro (como no podía ser de otra manera) cada detalle del Pub Kitty. Todo empezaba a encajar, el repertorio se recibía con ilusión y entusiasmo, el escenario iba rodando y ya empezábamos a ver los disfraces. Cada ensayo se aprovechaba como si fuera el último y la ligá de después se aprovechaba también como si fuera el último día que iban a poner cerveza en los bares. El clima de la chirigota, muy en contra de lo que pensé en un principio, ha sido el mejor de los últimos años. Las sensaciones “raras” que todos teníamos al principio se habían tornado en el mejor ambiente que recuerdo desde que estoy cantando en carnavales.
Si todo iba sobre ruedas, en diciembre se incorporan a nuestra chirigota dos chirigoteros que con su ilusión, implicación y buen hacer nos devuelven la “chispa” que puede ser que los años nos haya quitado. Miel sobre hojuelas. Antonio Bayona y Forri, sin duda, han sido un revulsivo para el grupo y estoy seguro que ellos tienen gran parte de culpa de las sensaciones vividas este año.
Centrándome en el concurso decir que, probablemente, por mi parte jamás haya tenido las sensaciones que he tenido este año cantando en el escenario. La reacción de público fue sin duda lo más reconfortante de la noche y el momento de aplausos en mitad del pasodoble de “14 votos”, uno de los momentos que jamás podré olvidar.
El jurado más que bueno o malo fue numeroso. 17 personas valorando a tres grupos me parece excesivo. El resultado de su puntuación, el esperado. Los Payos este año iban fuertes, se nota que se han puesto las pilas y han ensayado como nunca. Eso de que montan la chirigota en menos de un mes es tan leyenda urbana como que nosotros siempre ganamos. Enhorabuena por ellos y dicho sea de paso ya sea hecho justicia con un grupo que a mi parecer fue duramente maltratado en el concurso del 2011. Con respecto a la BBC, sólo decir que admiro su esfuerzo por montar un grupo que me consta que estaba algo disperso y presentar un más que digno repertorio ante un pueblo que siempre ha demostrado que disfruta con ellos.
El ambiente de después, el de los bares, ese si merece un punto y aparte. Este año había más gente que nunca y con ganas de oírnos. El Enroque, El Snoopy, la puerta del Trebol,… En cada sitio el ambiente se iba superando y “Los Chochis” se iban creciendo (proporcionalmente al número de copas claro). Las “guerrillas” de coplas con los “aceituneros” , chapó.
Llega la Rellená y ya sin medias ni pelucas pudimos disfrutar de un domingo que tuvo como guinda el premio a la letra a Huelma junto con nuestra actuación, más cercana, ante un público que sentimos disfrutar a la par con nosotros. Sin duda un cierre de oro para un año inolvidable.
Prueba del éxito de chirigota de este año es que llegado el día de la fecha la maquinaria ya está funcionando para el carnaval 2013. Este año no hay dudas ni replanteamientos, “Los Verdes” seguirán dando guerra mientras que haya gente que nos demuestre que lo que hacemos le gusta. No hay otro fin.
Saludos.
Pepe Vico
3 comentarios:
claro que sí Pepe, ahí seguiremos y si sacamos tos los disfraces que hemos propuestos estos días tenemos para 200 años, jejejejejeje........la verdad es q este año ha sido una pasada,...vivan los verdes!!!!!!
¿Te acuerdas el otro día cuando te dije comiendo que este año no iba a hacer balance? Pues toma tres tazas!!! jeje
Animo que ya solo quedan 351 dias!! Este año me lo he pasado genial, muchas gracias a todos!! Nos vemos el sabado...
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