Para quien no lo sepa todavía y haciendo válido el refrán
que dice: “renovarse o morir”, este año nuestra chirigota ve reforzada su
cuerda de voces con un nuevo integrante.
Podría decirse que nuestra chirigota es como un olmo viejo,
de esos que se podan solos. Se van cayendo ramas cuando antes de tocar el suelo
ya tienen tallos nuevos que buscan la luz
mirando hacia arriba con vigorosa impronta.
De la nueva incorporación sólo destacaré una cualidad o,
mejor dicho, una actitud. Actitud que es necesaria y más que suficiente para no
requerir nada más del que llame a nuestra puerta: Ilusión por pertenecer a
nuestro grupo. Me consta, nos constaba, que este chaval de “pétreo” escaparate
llevaba ya varios años rondando nuestro balcón pidiéndole con guiños a nuestro
Manolo y nuestro Juan Luis que le lanzaran las trenzas para subir a nuestros
aposentos. Pues las circunstancias han hecho que este sea el año. Pedro
Fernández, o más conocido como “cunini”, ya es tan verde como verde es el tallo
del olmo que representa nuestra chirigota. Él entra como un refuerzo en nuestra
cuerda de voces, hecho que habrá que ver
o, mejor dicho, habrá que oir. Lo que él ya es (momento presente) y sin duda alguna, es un refuerzo en nuestra ilusión
como chirigota que intenta reinventarse cada año para entretener y entreternos.
Tan solo hemos necesitado una toma de contacto del grupo con
él para darnos cuenta que Pedro nos va a enterrar a todos (literal y
figurativamente hablando).
Seguiremos informando.