…CON MI CHIRIGOTA, COMO EN CASA.

No se puede pedir más: hacer lo que más te gusta del mundo (hablar de carnaval), con quién más te gusta del mundo (mi chirigota) y en mi casa.

Este sábado ha sido inolvidable para mí. Eso de ver a mis amigos disfrutando en mi casa no tiene precio. Nunca lo había hecho (en términos chirigoteros, claro) y sin duda la experiencia deberá repetirse (M.m).

Todo surge de la necesidad de decidir el disfraz para la chirigota del año que viene, o mejor dicho, para acabar de convencernos de que el disfraz que ya sabíamos todos es el que tiene que ser. No hay duda, “Los Verdes” volveremos por nuestros fueros y sacaremos algo que no va a dejar indiferente a nadie. Aunque si algo me ha quedado más claro que esto es que mi grupo es algo más que un conjunto de personas que se junta para pasar un buen rato de carnaval. Me han demostrado, en estos diez años, que lo poquito que hoy somos en este mundo se lo debemos a la unión, confianza y respeto que nos tenemos entre nosotros. Parece fácil conseguir esto pero puedo asegurar que si no hubiera una estrecha amistad entre nosotros seguramente hoy no estaría escribiendo este mensaje. El sábado no cabía de ancho por las escaleras de mi casa.

Por cierto ¡vaya “pechá” de comer que se dieron los gachones”! Otro día los invito a un café. Ahora que nadie me oye, diré que tuve un momento de agobio al pensar que se me podían acabar las viandas cuando a la paella le quedaba todavía un buen rato. Menos más que aflojó la marcha de los gaznates chirigoteros que si no…

Pero bueno, la verdad es que todo salió bien, creo, y sobre todo se cumplió el objetivo prefijado: conseguir ilusionarnos, más si cabe que el año pasado, en otro proyecto chirigotero para regalarle a nuestra Huelma.

Pepe Vico.